lunes, 26 de octubre de 2009

¡Tic!

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¡Tic! Pude sentir el último tic del reloj de mi vida. Un agudo, cruel dolor vino desde mi espalda y supe que me estaba yendo. Pude ver toda mi vida destellar frente a mis ojos. La vida de ultratumba estaba justo frente a mí, pero yo no quería irme, sólo tenía dieciseis. De pronto sentí que Anubis me agarraba, pero antes de que pudiese llevarme a la otra vida, lo empujé y comencé a correr. No me importaba si yo era un fantasma, yo era el gran rey Kratos y no me iba a ir a la otra vida ahora, tenía demasiado por vivir y la muerte no era parte de mis planes.
¡Oh! Lo siento, supongo que ustedes no saben quien soy. Bien, soy el rey Kratos y esta es mi historia.
Mi hermano mellizo y yo nacimos de un campesino y su esposa. Nos dejaron en una calle donde un mercader nos recogió y nos crió como suyos. Vivía en una pequeña casa con azulejos mal puestos , camas rellenadas con piedras y para completarla sin aire acondicionado...quiero decir ventanas, no aire acondicionado, porque vivo en el pasado... quiero decir presente. en fin, mi hermano y yo teníamos que compartir un dormitorio y una cama, lo que era muy inncómodo, dado su mal olor. Ya que el mercader no podía leer en egipcio los nombres puestos en nuestras camisas, nos puso nombre. Me llamó Kratos, por ser un nombre de grandeza, y llamó a mi hermano Hediondo, por su mal olor. De acuerdo, mentí, llamó a mi hermano Khan, por una razón que realmente no me interesa. Él nos enseñó mayormente todo lo que hoy sé. Quería que fuéramos mercaderes, como él, pero teníamos otros sueños más grandes, queríamos llegar a ser faraones.
Para nuestro onceavo cumpleaños, nuestro padre nos sorprendió con un carro de varias cosas. Un problema: no era para comer ni jugar, era para vender. Así que nos dijo que si vendíamos todo lo que había en la canasta, tendríamos maíz. Otro problema: ¡ yo era tan alérgico al maíz que un toque podría haberme matado! De todos modos intentamos vender todo lo posible, pero nadie compraba. Hicimos esto durante horas hasta que era de noche. Una vez que vio las primeras señales de oscuridad, mi hermano corrió a casa, pero yo seguí intentando vender cosas hasta que todos se fueron. Mientras caminaba a casa, decepcionado, escuché a alguien gritar ¨!vete, déjame!. Se oía como el rey Tut, nuestro faraón de veinte años. Sin pensar, agarré una roca gigantesca del suelo y corrí hacia el lugar de donde escuché el grito. Me detuve cuando vi un hombre con veneno en su mano, con el faraón debajo de él. ¡ Estaba tratando de hacer que el faraón lo bebiera! Golpeé al hombre en la cabeza con la roca y se desmoronó. Una vez que el faraón estuvo libre, lo ayudé a levantarse. Una vez que lo persuadí de que yo no era un asesino, me dijo ¨gracias por salvarme, pero desearía haber muerto, no me gusta ser faraón, y tengo que serlo hasta que muera, pero entonces mi visir puede llegar a ser faraón, y eso es peor que no tener faraón en lo absoluto¨.
El gran rey se quedó mirándome con confusión en sus ojos, y finalmente dijo: ¨! ese plan es tan descabellado, puede que funcione! ¡ y funcionó! Ahora era el rey Kratos y mi palabra era ley.
Para esta época yo tenía quince años, todo el mundo me quería, excepto mi celoso mellizo, pero no me importaba. La pirámide en la que iba a ser depositado estaba lista, y creo que es la mejor de todas. Mis leyes eran justas y razonables. Eran:
- No mentir a los oficiales so pena de muerte.
- Debes donar al menos una pieza de fruta por mes.
- Cada cuarto viernes es viernes casual.
Un día, mientras caminaba por la calle , vi al amor de mi vida, una chica griega llamada Persea. Un problema: se iba a casar, y pensé que por la fuerza. El día de la boda, caí sobre el hombre que estaba a punto de casarse con Persea, quebrando su pierna. Entonces, con pasión en mis ojos, le dije¨no te cases con un hombre al que estas forzada a desposar, cásate conmigo, un hombre que te ama¨. Ella respondió, gritando, que no estaba siendo forzada a casarse con nadie, entre otras cosas que no quiero recordar.
Un año después del incidente yo tenía dieciseis y la vida me odiaba. Así que un día decidió deshacerse de mí. Sí, finalmente es hora de descubrir como morí. Después de volver de no hacer nada en absoluto, oí a alguien cerrar mi puerta. Era mi hermano, y tenía maíz en su mano. Intenté huir, pero como dije al principio, sentí un agudo, cruel dolor en mi espalda, pero no era un cuchillo ¡ era maíz!. Grité: ¨!auxilio! necesito a alguien. Nadie escuchó. Ustedes saben lo que pasó después. Bien, mientras huía, no noté a Anubis agarrándome. Antes de ir a la otra vida, le pregunté si podría ver lo que pasaría a continuación. Se veía irritado, pero aún así me mostró. Vi a mi hermano ir a la cárcel por mi asesinato y entonces vi mi momia. Entonces me mostró mi tumba y al lado de mi sarcófago había una señal que decía: ¨rey Kratos El Grande¨.

La Prisión Diabólica

Una noche oscura, tormentosa, helada podía sentir mi sudor frío caer por mi mejilla. De pronto vi una luz centellante y una sombra oscura apareció en una de las celdas de la prisión. No estaba solo, pero ninguno de mis amigos de afuera sabía eso, y no podía ir afuera a contarles que había alguien más ahí adentro. Habrían pensado que tenía miedo, aunque lo tenía. Entonces pensé para mí: Estoy siendo paranoico. No había nadie ahí. Probablemente era sólo una rata. De pronto el piso a mi alrededor empezó a temblar, pero yo ni siquiera abría mi boca.
Miré hacia la celda de la prisión una vez más y vi la gran sombra, pero esta vez venía por mí. Los temblores de pronto se volvieron más fuertes, y realmente empecé a desear no haber dicho ¨de acuerdo¨ cuando mis amigos me pedían que viniese aquí.
Me apresuré hacia la puerta, como un perro cazando a un repartidor de cartas, solo para descubrir que, esos, a los que llamo amigos, me habían encerrado dentro.
Estaba encerrado en una prisión abandonada, sucia y oscura ¡con un ser sobrenatural que estaba suelto para agarrarme! Lo único que podía hacer era esperar por mi muerte ¡ y no podía si quiera ver la cosa que iba a causarla. Mi vida completa destelló ante mis ojos. El único problema era que sólo tenía once y realmente no tenía mucho que ver. Vi cuando era un bebé, cuando mi hermano me rompió la nariz, por suerte vi cómo escapaba del bulldog que me arrinconó el año anterior. Recordé que fingía moverme hacia la derecha pero en realidad me movía hacia la izqueirda. Era mi única esperanza de escape. Así que me alisté y fingí moverme hacia la izquierda y en realidad me moví hacia la derecha ¡ arruiné mi escapatoria! No era bueno para moverme hacia la derecha a la hora de escapar. La cosa de pronto me agarró con sus fríos de dedos muertos, y no me largaba, sin importar cuanto yo luchaba. Sin siquiera pensarlo golpeé su pie tan fuerte como puede hacerlo un chico de mi edad. Gritó tan fuerte que mis oídos casi explotaron. Al menos supe que no era un fantasma, pero ni siquiera pensé en eso cuando sucedió. Sólo corrí hacia el segundo piso de la prisión, donde estaba la mayoría de las celdas. No había nada que hacer más que estar en una celda cualquiera y morir de hambre o esperar que el monstruo viniese por mí. Habría muerto de cualquier modo.
No sabía que debía hacer. Mientras corría alrededor de la celda de la prisión, comprobando si la puerta estaba cerrada, por las dudas la cosa entrara, encontré algo que parecía un periódico. ¡ era un periódico! Era rojo y probablemente de hacía dos años, y podría decir que alguien arrancó algunas de las páginas. En la tapa decía el nombre Frank Stein. Lo abrí y comencé a leer lo que había en él.
El periódico decía: ¨17 de abril de 1990. Acabo de entrar en esta prisión. Tenemos que comer porquerías y tomar agua sucia. Mi celda es la más pequeña de toda la prisión. No veo la hora de salir de aquí¨. Las siguientes páginas estaban arrancadas, así que continué leyendo las que quedaban sanas: ¨13 de junio de 1990. Un hombre vino hacia mí, hoy, y me dijo que había un camino secreto para salir de aquí. También me contó que quedó encerrado por hacer unos experimentos ilegales, pero no me importaba, realmente, sólo pensaba en lo que dijo sobre salir de aquí¨
¨5 de octubre de 1990...¨ Hice una pausa y pensé ¿no fue eso tres días antes de que cerrara la prisión? No lo pensé mucho y seguí leyendo ¨... ese hombre que me dijo que había una forma de salir de aquí, finalmente me dijo su nombre. Es el doctor Trap. Me lo dijo durante el almuerzo. Yo debía tomar el ascensor hacia un sótano secreto, donde podría escapar¨.
Eso era todo lo que había en el periódico. Todo el resto estaba arrancado o muy difícil de leer. Lo único que podía hacer era dormir y esperar que el monstruo no me alcanzara.
¨Despierte, despierte, hay pan caliente¨. Ni siquiera tenía que abrir los ojos para saber que era mi asi llamado ¨mejor amigo¨pero lo hice de todos modos. Cuando abrí mis ojos vi a todos mis asi llamados ¨amigos¨ A mi izquierda estaba Fred, al que llamábamos Jamón , de tanto que lo comía, a mi derecha estaba George, al que llamábamos Palillo Hablador, porque era tan flaco y hablaba un montón, justo en frente de mí, agachado, estaba mi ¨mejor amigo¨ Jake al que llamábamos Azote, por sus planes inteligentes y realmente astutos, y sólo para verificar, mi nombre es Mark, pero mis amigos me llaman Mark, porque no tengo ninguna habilidad especial en realidad. De pronto Palillo me pateó en las costillas, diciéndome que me levantara, preguntándome por que estaba durmiendo en el suelo en vez de estar en la cama de la celda y me dijo cosas que realmente no me interesaban. Le dije que se callara y entonces miré a Azote.Le dije ¡ustedes son unos estúpidos! ¿ Por qué me encerraron en la prisión? El contestó: ¨no te encerramos nosotros. La puerta se cerró sola, automáticamente. ¡ y deberías agradecernos por venir aquí a salvarte! De pronto Jamón dijo: ¨tuvimos que tirar abajo una puerta y escapar de un monstruo para llegara hasta tí¨ Yo conteste ustedes también fueron perseguidos por el monstruo. A Palillo de pronto se le escapó: tuvimos que correr tan fuerte como pudimos, hasta que Jamón se cayó, pero la cosa se acercó a Jamón, lo empujé al suelo¨. Yo estaba sorprendido de oír lo que había pasado, y dije ¨ustedes hicieron eso por mí! gracias! Pero hay un problema, estamos todos encerrados aquí porque el monstruo probablemente clavó las puertas¨. Entonces Azote puso esa cara, la que pone cuando está pensando en una idea. Entonces nos dijo: quizá haya otro camino para salir de aquí. Mark, ya que has estado más aquí, tendré que preguntarte si puede ser que hayas encontrado alguna pista para salir de aquí¨. Mi mente de golpe volvió atrás, al periódico, y dije: ¨ En este diario, que encontré aquí, dice que hay un sótano secreto, al que podemos llegar con el ascensor, que tiene una salida¨. De pronto Azote puso esa cara que pone cuando tiene un plan perfecto.
El plan era arrastrarnos hasta el ascensor sin que el monstruo lo notara. Hicimos eso rápidamente pero el problema fue que no había botón para ir al subsuelo. Rápidamente revisamos todo el ascensor, ¡pero todavía no había botón! Jamón dejó de buscar y puso sus manos en el espacio vacío bajo el primer botón. El ascensor de pronto empezó a arrancar. ¨ Claro que no podíamos encontrarlo – dijo Palillo -, el botón era secreto, como el subsuelo¨ Cuando nos detuvimos y las puertas del ascensor se abrieron, vimos a un hombre viejo con el monstruo a su lado, pero no se reía como un monstruo, parecía un ser humano hipnotizado.
Me di cuenta de que el hombre viejo era el doctor Trap y el monstruo era Frank Stein. El doctor Trap tenía cabello blanco despatarrado, tenía anteojos espiralados sobre su frente. Frank tenía una especie de cabello lacio, negro, con una mirada que me hizo pensar que no tenía cerebro. ¡ El doctor Trap debía haberlo hipnotizado para que hiciera sus malvadas acciones!
Le grité a Frank: ¨!el doctor Trap te hipnotizó, despierta y ayúdanos a salir de aquí! El doctor Trap dijo de la nada: ¨no lo hipnoticé, cambie su cerebro por el de un robot. El día que le conté que ésta era la salida, lo desmayé, y cambié su cerebro. ¡ Ahora no es un hombre, es un monstruo! ¨.
Entonces tomó una pistola de agua y comenzó a rociarnos en la cabeza. Cuando terminó la tiró a medio metro de mí. ¨supongo que se preguntarán por que hice eso- dijo- . Bien, debo probar mi nueva máquina, el Alergitrón. Acabo de poner un diminuto chip en cada uno de sus cerebros, y comenzando contigo, - señaló a Palillo- esta máquina creará aquello a lo que eres mas alérgico¨. De pronto un maní apareció y lo tiró directamente a la boca de Palillo y se desplomó. Le seguía Jamón y era alérgico a las zanahorias.
Una zanahoria apareció, y dado que aún si lo mata, Jamón siempre come cualquier cosa, cayó también. Yo le seguía, y pronto un camarón apareció de la nada, en la máquina. No quería desmayarme también, así que me corrí medio metro atrás para esquivar el camarón.
Y levanté la pistola de agua del suelo. Le disparé uno de esos chips al doctor Trap y Azote corrió sobre la máquina para agarrar aquello a lo que era alérgico el doctor Trap. Era leche. Azote la arrojó sobre el doctor, quien se cayó desmayado. Despertamos a Jamón y Palillo, subimos al ascensor y salimos de la prisión de una vez por todas, encerrando al monstruo y a Frank allí para siempre.